El hatching asistido, también conocido como eclosión asistida o assisted hatching, es una técnica complementaria que se utiliza en el contexto de la fecundación in vitro (FIV) para mejorar las tasas de implantación de embriones. Consiste en crear una pequeña abertura en la zona pelúcida, que es la capa protectora que rodea al embrión. Esto facilita la liberación del blastocisto expandido y su posterior implantación en el útero materno. Esta técnica puede realizarse de diferentes maneras, incluyendo métodos mecánicos, químicos y el uso de láser.

El hatching asistido no se utiliza rutinariamente en todos los laboratorios de reproducción asistida, pero se considera en casos específicos, como:

  1. Óvulos fecundados con una zona pelúcida engrosada.
  2. Transferencia de embriones congelados, ya que la vitrificación puede endurecer la zona pelúcida.
  3. Mujeres mayores de 37 años con dificultades para quedar embarazadas.
  4. Valores elevados de la hormona folículo-estimulante (FSH) basal sérica.
  5. Fallos repetidos después de varios ciclos de FIV.
  6. Embriones con desarrollo lento, como aquellos que tienen menos de 6 células en el día 3.
  7. Embriones con una zona pelúcida anormal u obscurecida.
  8. Embriones con un alto porcentaje de fragmentación, ya que se puede aprovechar la oportunidad para aspirar los fragmentos.

La eclosión asistida se realiza generalmente en el tercer día de desarrollo embrionario, cuando el embrión tiene alrededor de 8 células y antes de que su tamaño haya aumentado significativamente. Hay tres técnicas principales para llevar a cabo esta técnica:

  1. Eclosión mecánica: Se atraviesa la zona pelúcida con una aguja y se horada mediante fricción contra una pipeta. Sin embargo, esta técnica se utiliza con menos frecuencia debido al riesgo de dañar el embrión.
  2. Eclosión química: Se utiliza una solución ácida, como el ácido tyrodes, para degradar la zona pelúcida hasta crear un agujero.
  3. Eclosión con láser: Este método es seguro y efectivo, ya que solo se requieren unos pocos pulsos de láser para crear la abertura. Sin embargo, es la técnica más costosa.

Los resultados del hatching asistido son variables y, en general, esta técnica solo se utiliza en situaciones específicas en las que se espera que aumente las posibilidades de implantación, como en casos de fallos repetidos de implantación o cuando la zona pelúcida es un factor limitante. En otros casos, no se ha demostrado que el uso de esta técnica mejore significativamente las tasas de éxito de la FIV. La decisión de utilizar el hatching asistido debe tomarse de manera individualizada y bajo la supervisión de un especialista en reproducción asistida.