La IA es una técnica muy sencilla para conseguir un embarazo y la de primera elección si se cumplen los mínimos de edad en la mujer, permeabilidad tubárica y calidad seminal.
Consiste en el depósito de espermatozoides artificialmente en el aparato reproductor de la mujer. Lo más habitual es depositar los espermatozoides en el útero, aunque también sería posible hacer una IA intravaginal o intratubárica, por ejemplo.
En la inseminación artificial intrauterina, se estimula el ciclo ovárico de la mujer y se controla la ovulación. Cuando se haya producido el desarrollo de 1-2 folículos, se inducirá la ovulación y se programará la inseminación unas 32-36 horas después.
La muestra seminal para la inseminación se recoge por masturbación y se capacita en el laboratorio. El proceso de capacitación espermática consiste en preparar un medio enriquecido con los espermatozoides de mejor calidad y que se introducirá en la mujer con una cánula de inseminación. La técnica de IA no requiere ningún tipo de anestesia, ya que es indolora.
En caso de utilizar semen de donante, éste estará congelado. Por tanto, es necesario realizar una descongelación del semen previa a la IA.
Aproximadamente dos semanas después de la IA, la mujer se realizará una prueba de embarazo en sangre para saber si el proceso ha finalizado con éxito.