La malformación uterina, también conocida como anomalía uterina o malformación congénita del útero, se refiere a cualquier anormalidad en la estructura del útero que se presenta desde el nacimiento. Estas malformaciones pueden afectar el tamaño, la forma o la estructura interna del útero.

Existen diferentes tipos de malformaciones uterinas, incluyendo:

1. Útero septado: Se caracteriza por la presencia de un tabique o pared que divide el útero en dos cavidades. Esta condición puede afectar la capacidad del útero para albergar un embarazo y aumentar el riesgo de abortos espontáneos.

2. Útero bicorne: El útero presenta una forma de corazón debido a la presencia de una división en la parte superior del útero. Esto puede afectar la capacidad del útero para sostener un embarazo y aumentar el riesgo de parto prematuro.

3. Útero didelfo: Se caracteriza por la presencia de dos úteros separados completamente, cada uno con su propio cuello uterino. Esto puede dificultar la concepción y aumentar el riesgo de embarazo ectópico.

4. Útero unicornio: El útero tiene una sola cavidad, pero está ausente o subdesarrollado en un lado. Esto puede afectar la capacidad del útero para albergar un embarazo y aumentar el riesgo de parto prematuro.

Las malformaciones uterinas pueden ser diagnosticadas mediante ecografías, resonancias magnéticas o histeroscopias. Dependiendo del tipo y la gravedad de la malformación, el tratamiento puede variar. En algunos casos, puede ser necesaria la corrección quirúrgica para mejorar la salud reproductiva y aumentar las posibilidades de un embarazo exitoso. Se recomienda consultar con un especialista en reproducción asistida o un ginecólogo para obtener un diagnóstico adecuado y discutir las opciones de tratamiento disponibles.