La tetralogía de Fallot (TOF) es una cardiopatía congénita caracterizada por cuatro malformaciones cardíacas que resultan en una mezcla de sangre venosa y arterial, llevando a niveles bajos de oxígeno y cianosis (coloración azul de la piel). El nombre deriva del médico francés Étienne-Louis Arthur Fallot, quien descubrió las cuatro malformaciones en 1888.
Síntomas:
Aunque algunos pacientes pueden ser asintomáticos, el signo más evidente de TOF es la cianosis. Sin embargo, otros síntomas son: falta de aire, respiración acelerada, escaso aumento de peso, fatiga, soplo cardíaco, irritabilidad, pérdida del conocimiento y acropaquías (engrosamiento de los extremos de los dedos).
Causas y factores de riesgo de TOF:
Las causas, en la mayoría de los casos, son desconocidas.
Existen factores de riesgos conocidos como infecciones maternas (como la rubeola), escasa alimentación durante el embarazo, consumo de alcohol, edad materna avanzada, diabetes, fenilcetonuria, ciertos fármacos y desórdenes cromosómicos.
Diagnóstico:
Su diagnostico se realiza después del nacimiento o en los primeros meses con diferentes pruebas. Estas pruebas incluyen oximetría de pulso, ecocardiograma, resonancia magnética del corazón, tomografía computarizada, electrocardiograma, radiografía de tórax y, en ocasiones, cateterismo.
Tratamiento:
El único tratamiento con buen pronostico es la cirugía durante los primeros meses de vida para corregir la tetralogía de Fallot. Esta intervención incluye ensanchar o reemplazar la válvula pulmonar y tapar el orificio del tabique interventricular. El 90% de los pacientes corregidos tiene un pronóstico positivo y lleva una vida normal.
Tetralogía de Fallot y embarazo:
Los pacientes con TOF que desean tener descendencia deben buscar asesoramiento preconcepcional ya que pueden tener complicaciones derivadas de esta enfermedad. Algunas de las complicaciones incluyen episodios cardiovasculares, hemorragia postparto, hipertensión, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular (ACV).