En la actualidad, las personas afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) pueden tener una mejor calidad de vida gracias a los avances de la medicina y los fármacos disponibles para tratar la enfermedad. Sin embargo, las parejas en las que uno o ambos miembros son seropositivos deben tener precauciones al buscar un embarazo, tanto para evitar el contagio como para prevenir la transmisión de la infección a la descendencia. Se destaca la importancia de buscar consejo médico, realizar pruebas necesarias y someterse a un control exhaustivo durante todo el proceso de gestación.

El VIH es un retrovirus que afecta al sistema inmunitario al unirse y destruir los linfocitos CD4, células clave en la defensa del organismo. Aunque el VIH no puede replicarse por sí mismo, utiliza los linfocitos CD4 para multiplicarse, y la cantidad de virus en la sangre se denomina carga viral. Las principales vías de transmisión incluyen relaciones sexuales sin protección, intercambio de agujas en personas drogodependientes, contacto de sangre a través de heridas y transmisión vertical de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia.

Para parejas serodiscordantes en las que solo un miembro es portador del VIH, las técnicas de reproducción asistida, como la inseminación artificial (IA) o la fecundación in vitro (FIV), son opciones seguras para concebir sin riesgo de contagio. El tratamiento varía según el género del portador del VIH. En el caso del hombre, se realiza un lavado seminal para eliminar el virus antes de la IA o FIV. Si es la mujer la portadora, se lleva a cabo una inseminación artificial, y se controla la carga viral y se siguen pautas específicas durante el embarazo.

Además, las parejas pueden buscar un embarazo natural si la carga viral es baja o indetectable, siguiendo un protocolo específico con controles y precauciones. El seguimiento del embarazo incluye pruebas regulares y, en el caso de la madre seropositiva, se realiza una cesárea programada para reducir el riesgo de transmisión durante el parto. Los recién nacidos de madres con VIH deben recibir lactancia artificial, ya que la leche materna puede transmitir el virus. La implementación de estos protocolos específicos ha permitido a parejas serodiscordantes tener hijos de forma segura y controlada.