La preservación de la fertilidad en las mujeres se lleva a cabo mediante congelación ultrarrápida pasando los óvulos de 15ºC a -196ºC. De esta forma se mantienen los óvulos sin sufrir alteraciones físicas ni funcionales durante un tiempo ilimitado. A diferencia de lo que ocurre en la congelación lenta, la vitrificación no genera cristales de hielo. Por este motivo, la supervivencia de los óvulos es elevada y se permite retrasar la maternidad con altas probabilidades de éxito. Las pacientes que deseen vitrificar sus óvulos deberán administrarse medicación hormonal de forma controlada para hacer madurar varios óvulos. Posteriormente, se realiza la punción folicular para obtener los óvulos, que serán vitrificados y almacenados en un banco de nitrógeno hasta su utilización en el futuro. La edad es un factor muy importante a la hora de preservar la fertilidad (más de 18 años, la mejor edad para congelar ovocitos sería entre los 20 y los 30 años).